La Gracia I parte
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras” (Tito 2:11-14).
¿QUÉ ES LA GRACIA?
En términos generales la gracia es conocida como un don, regalo, dádiva o favor; en términos espirituales la gracia Divina, es aquella perfección de Dios en virtud de la cual Él demuestra su favor hacia la humanidad, favor que es inmerecido, por el cual Dios rescata al hombre.
De igual manera la gracia única de Dios se manifiesta en dones y operaciones diferentes, pero la más rica manifestación de ella es la que resulta en la remoción de la culpa, la corrupción, el castigo, y en la salvación final de los pecadores. Siendo provisión abundante de amor de Dios para quienes confían en Él.
“Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna” (Romanos 6:20-22).
La gracia consiste en el suceso mas importante de la historia, en el cual Cristo murió por nosotros. “Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:6-8).
Es decir, que la gracia vino por medio del Señor Jesucristo, pues Él es Dios de toda gracia, dador de la gracia, el trono de Dios es el trono de la gracia y el Espíritu Santo es el Espíritu de gracia.
Además el Señor Jesucristo es el medio para alcanzar la gracia, pues cuando la trae se introduce una nueva dispensación que comienza con la muerte y resurrección de Cristo. “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” (Romanos 3:24-26).
Fuente: El heraldo de la verdad IPUC
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